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EL TRABAJO EDUCATIVO EN LAS ADOLESCENCIAS. SÍNTOMAS Y RESPUESTAS.

La Sede de Tarragona de la Comunidad de Catalunya de la ELP viene desarrollando desde este curso un espacio de dialogo y debate con el mundo educativo, orientado desde la perspectiva del Psicoanálisis Aplicado
Como se sabe el dialogo entre el psicoanálisis y la pedagogía ha sido continuo desde la tradición freudiana, aunque en algunos momentos históricos -como es el presente- haya quedado eclipsado por las corrientes positivistas predominantes. El dialogo entre disciplinas, además de necesario es siempre fructífero cuando cada una es capaz de cernir el real que está en juego en cada momento.
En esta perspectiva, a partir de la práctica de algunos miembros psicoanalistas que realizan funciones diversas en dispositivos del campo educativo, hemos querido abordar el trabajo educativo con adolescentes, siendo además uno de los ámbitos que suscita más interrogantes y cuestiones a los profesionales en su función educadora (docentes, psicopedagogos, educadores).
Han participado con la presentación de un trabajo: Catherine Galaman, Joan Gibert, Joan Gràcia, M. Àngela Gallofré, Gemma Ribera, Josep Sanahuja, además de contar con la colaboración de otros miembros de la ELP, Patricia Tasara, Hebe Tizio y José Ramón Ubieto.
No es ninguna novedad decir que los adolescentes de hoy no se parecen a los de unas décadas atrás. A menudo oímos hablar de cambios, que vivimos en tiempos de cambio, sin embargo probablemente no nos damos suficiente cuenta que se pone en juego una auténtica transformación en la subjetividad, de la que los adolescentes son un vivo exponente. Por eso se puede decir que la adolescencia es hoy un síntoma social, como respuesta a estas transformaciones: son consumidores, persiguen el placer y construyen su yo. Pero a pesar de tener mucho también son a menudo frágiles, con el riesgo de extraviarse en relación al deseo y el goce.
A los educadores se les plantea la dificultad de considerar las modalidades inéditas de subjetividad en las formas de transitar la adolescencia, al lado de problemáticas subjetivas. Síntomas que se expresan en el escenario social -fracaso escolar, consumo de substancias, trastornos de la alimentación, del comportamiento- son percibidos como desordenes, como un llamado a una rectificación o normalización. La cuestión es si somos capaces de interrogar de la buena manera todos estos fenómenos, introduciendo otra significación posible, que la de reducir estas formas de actuar a una conducta o un déficit neuro-químico, como a menudo sucede.
Pluralizar la adolescencia -hablar de las adolescencias, en plural- nos ha permitido abordar los temas propuestos pero introduciendo al mismo tiempo la particularidad, tanta cara a la homogenización ambiente, con el fin de subvertir el discurso normativo que prescribiría un adolescente estándar.
Aunque la adolescencia no es un concepto psicoanalítico hemos subrayado que la pubertad es un período de la vida que supone un pasaje y los consiguientes reajustes importantes: pérdida de los objetos parentales y confrontación con la realidad de la propia condición sexuada. Salir de la infancia, de la familia, de la despreocupación… para entrar en la vida activa, social, en la tonteria… Es el tiempo de construcción de la propia historia, el tiempo del traumatismo sexual por excelencia, por la puesta en juego de la castración del sujeto y del Otro. Puede tratarse de una respuesta fallida, que generalmente es también una dificultad de poner en palabras lo que está pasando. La falta de lenguaje es importante, especialmente porque al adolescente le cuesta hablar, sobre todo con el adulto.
El psicoanálisis nos enseña, especialmente en la actualidad, que introducir la dimensión del sujeto en la experiencia es el mejor medio para hacer frente a los impases del goce, puesto que el sujeto es ya una respuesta a estos impases. Privilegiar la respuesta sintomática conduce a producir un sentido, cuando el sufrimiento que implica se convierte en factor de lazo social. Es así que podemos ir más allá de la dimensión clínica a la conversación con otros que situe al sujeto y su responsabilidad en el centro del procedimiento, para hallar estrategias que aporten la posibilidad de una salida más razonable que la que comporta sufrimiento.
En esta época hipermoderna, que el ideal no constituye una perspectiva, y cuando la ética del esfuerzo se ha cambiado por la del placer, cómo mantener las coordenadas estructurales del vínculo social? ¿Qué nuevas formas de la transferencia ponen en juego los jóvenes de hoy? Son algunas de las cuestiones que van a seguir animando el curso de este espacio.
Comisión de organización: J. M. Pallejà, Joan Gràcia, Josep Sanahuja

CALENDARIO

Octubre 2005 - Junio 2006
Horario
A determinar

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