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Alocuciones institucionales

Emilio Faire 13/01/2015

Alocución del director de la CDC-ELP entrante, Emilio Faire

Hoy, martes 13 de enero de 2015, es un bonito día para embarcarse en un proyecto que durará 2 años de intenso trabajo, emociones, logros y algunos embrollos [los menos, espero].

Hoy estamos aquí no todos los miembros y socios de sedes de la Comunidad de Catalunya —una parte de la AMP. Somos la mayor Comunidad de la ELP, ¡y eso que somos 88! 81 miembros / 25 socios en la sede de Barcelona y 7 miembros / 4 socios en la de Tarragona. Quisiera, que la vocalía de secretaría-tesorería pudiera llegar a contar al alza estos números.

Agradezco personalmente, y en nombre de las colegas que ya forman parte de la nueva Junta Directiva, tanto a los presentes como a los representados, la muestra de confianza y apoyo expresada con los votos. Somos, también, la Junta Directiva de todos aquellos que hoy no están. Esperamos contar con ellos en otras ocasiones; la Escuela no es nada sin sus miembros. La Comunidad de Catalunya no es nada sin sus miembros, socios de sedes y otros interesados.

Agradezco a la Directora y a la Junta Directiva salientes, y a todos y cada uno de quienes, barceloneses y tarraconenses, han hecho posible, de uno u otro modo, que la apuesta de Freud y tantos otros pueda seguir existiendo. Esto es señal inequívoca de una transferencia de trabajo. Señal que una comunidad de experiencia puede ser posible si así se quiere. No olvidemos que nada objetivo garantiza esto. Es necesaria una toma de posición, una elección.

Recogemos ahora el testigo de anteriores juntas en el tránsito del campo freudiano; orientados por los mojones firmemente enraizados en los principios de una política solidaria a una ética, que preserva el S (A/) para mantener vigente y operativa la consolidación, siempre precaria, de una práctica puesta en forma en la propia soledad y expuesta en la transferencia de trabajo en la escuela del pase. “Formar parte de una institución, propiamente psicoanalítica, que ofrece al trabajo de la transferencia, que sostiene la cura, el relevo de la transferencia de trabajo. La Escuela, por este hecho, puede pretender legítimamente la condición de experiencia subjetiva.” Es este un destino posible de la transferencia, motor y obstáculo de la experiencia analítica que no se liquida por completo.

Pisar el escenario

Recuerdo la escueta expresión de mi analista, allá por 1998, referida a la desazón que yo experimentaba ante la brecha que se insinuaba en el campo freudiano con ocasión del primer Congreso de la AMP. “Infórmese”, dijo él. Resonó en mi cuerpo, escuché ‘in-fórmese’.

Dos asociaciones surgieron raudas, una de diáfana lectura y otra más opaca pero vectorizada:

1. ‘formación’.
2. ‘In the mood’, “En forma”. La pieza musical, un swing de Glenn Miller, que tantas veces escuché en mi infancia, ligada a mi padre, magnífico bailarín de claqué.

Consecuente con estas dos ocurrencias, decidí solicitar ser adherente de la Sección de Catalunya de la EEP. Fue una elección, sin duda.

Anhelos sofocados apenas concebidos; muy atento a la demanda del Otro, infatigable en este terreno, un trabajador decidido a ser aplicado. ‘¿Quién desea qué?’ era la altiva pregunta autosuficiente.

Mantenía a cierta distancia el deseo para hacerlo subsistir y, de atisbarlo, conjugarlo en un impreciso futuro.

Pasó el tiempo. Hace poco, en la reunión de una comisión apareció, de nuevo, la vertiente de una demanda, amable, de lo que se esperaba, como continuidad suave. Ese insinuado destino, sentido paradojalmente pesado y mortificante, desató, ¡CRAC!, una ola de aburrimiento que recorrió mi cuerpo, de la cabeza a los pies.

El aburrimiento puede señalar el hartazgo ante la repetición, el hartazgo ante una regularidad conocida, y puede constituir un llamado al deseo, un deseo de ‘otra cosa’.

Diversos pueden ser los modos de atravesarlo (el aburrimiento), siempre es responsabilidad de cada quien. Yo, ante lo que se dibujaba de una manera familiar, de inquietante extrañeza —en el sentido de ‘Das Unheimliche’ (Lo siniestro)— y, al escucharme decir a una colega mi intención, a modo de anuncio, de presentarme a la Dirección, escogí, pocos días después, lo que hoy me hace, ahora —vuestros votos mediante—, estar aquí.

A modo de Wunsch, quisiera ocuparme, junto a la Junta Directiva entrante, durante los dos próximos años, de aportar lo que conozco, hacerme preguntas sobre lo ignorado; encontrar efectos de formación en el ejercicio mismo de la responsabilidad institucional, así como en aquellas actividades que, con la colaboración y presencia de miembros y socios ‘barceloneses y tarraconenses’, pondremos en marcha. Y, al cabo de ese tiempo, comprobar con satisfacción, el haber contribuido a mantener la práctica del psicoanálisis y su existencia misma, siempre en estrecho contacto con todos vosotros.

De las distintas posibilidades de conversar

En las últimas conversaciones habidas en la Comunidad han surgido algunas propuestas sobre las que me parece interesante continuar trabajando para encontrar de qué modo éstas podrían tomar cuerpo. Son aquellas propuestas que salen de nuestros debates las que llevan naturalmente nuestra libido, las que nos causan y mejor funcionan.

En la página web de la CdC, una de sus pestañas, ‘Enseñanzas’, agrupa muchas de las actividades que se realizan en las dos sedes de nuestra Comunidad.

La última sesión del espacio “Actualidad de la transferencia. Interrogantes de hoy” fue, para mí, otro ejemplo vivo y fundamental muestra de la conversación posible sobre lo que Jacques-Alain Miller evocaba, con el nombre de ‘temas candentes’, en la Asamblea del IX Congreso de la AMP, en París, abril de 2014.

La anterior Junta Directiva tuvo la preciosa iniciativa, de lanzar un más que interesante debate online en el que algunos asistentes a dicho Congreso hicimos nuestras aportaciones. Esta iniciativa que surgió como algo local fue recogida por la ELP. Se extendió al conjunto de la Escuela. Es esta, creo, una forma de concretar y de encarnar eso que llamamos comunidad de experiencia, donde, el propio síntoma, anudado al psicoanálisis, sigue siendo trabajado por la vía de la Escuela.

Desde la nueva Junta escucharemos, con suma atención y desde ahora mismo, vuestras propuestas de ‘temas candentes’.

Retomo unas palabras combativas de Éric Laurent: nuestro derecho de injerencia en el debate social. Como comunidad analítica, podemos pensar cómo intervenir en los distintos debates sociales de nuestra actualidad. Tenemos algo que decir y se trata de encontrar maneras de decirlo.

Escuela del pase. El espacio ‘Enseñanzas del pase’ servirá para mantener viva la crucial pregunta acerca del psicoanalista. Crucial pues, siguiendo sus vaivenes, la historia interminable del psicoanálisis, recorre las generaciones de aquellos que optan por una de las profesiones imposibles.

Aspiro, si el Consejo de administración de la ELP así lo dispone, a que nuestra Comunidad organice la celebración de las XIV Jornadas. Unas jornadas nacionales siempre ofrecen la oportunidad de testar la dimensión política, epistémica y clínica; permiten una apertura a lo múltiple de la Escuela y provocan una distensión de lo local a modo de elemento enriquecedor. Una escuela de psicoanálisis: en su frontispicio, el S(A/), en la causa, lo real y, en lo cercano, el affectio societatis. Orientada por lo múltiple de la Escuela/ Una; esa experiencia sin fronteras y translingüística que, predominando la diversidad, pretende mantener viva la orientación lacaniana en el psicoanálisis.

La revista Freudiana, nuestra Revista de psicoanálisis. 71 números. Su nueva web en breve estará disponible para los suscriptores. Espero que este formato incremente su alcance y las suscripciones.

Seguirá siendo un tesoro para la lectura, la investigación y una referencia más allá de nuestro pequeña Comunidad y de nuestro pequeño país. Es una revista nacida para atravesar fronteras. Recoge lo actual de aquí y de allá. Acerca textos escritos en otras lenguas.

Las Bibliotecas (de Barcelona y de Tarragona) son unas preciosas herramientas de extensión hacia aquellos que se acercan curiosos e interesados por un discurso siempre novedoso. No dudo que sus próximos responsables tratarán de buscar la buena manera de provocar, también, la intensión.

En este sentido, algo habrá que inventar para movilizar a los 102 (90/12) socios lectores.

No olvidaré mencionar la incomparable página Facebook de la Biblioteca de la sede de Barcelona, tan bien activa como visitada. Tampoco olvido el blog de la sede de Tarragona, auténtico cuaderno de bitácora que recoge lo allí acontecido [les aconsejo que lo visiten]. Junto a la web institucional, funcionan ambos, también, cual tarjetas de presentación de nuestra Comunidad.

Por cierto, nuestra web, atesora muchas de las producciones de miembros y socios de sedes presentes en las distintas ‘enseñanzas’. Habrá que afrontar su renovación, dados los informes técnicos ya solicitados que así lo indican.

La Escuela es una organización sin ánimo de lucro

Tras leer el último ‘Informe de tesorería’ de nuestra Comunidad, desempolvé el ábaco que me regalaron cuando dejé de ser el tesorero de la ELP. Recordé que en su día añadí al informe anual el siguiente párrafo: “Dado este balance favorable desde el punto de vista económico, las perspectivas que podemos anticipar apuntan a que la ELP está en condiciones de invertir en futuros proyectos que atiendan a sus fines”. Con el paso del tiempo estas líneas han sido conservadas. Para mí, sigue vigente, tanto a nivel de la ELP-central como a nuestro nivel local.

Pondremos en forma los euros que disponemos. No acumularemos más allá de lo contablemente prudente. Seguiremos la máxima política de invertir lo ganado. Financiaremos e invertiremos, en aquello que, en cada ocasión, nos parezca necesario para el psicoanálisis, para la Escuela, para nuestra formación y para la vida asociativa. Sea en bienes materiales, sea en facilitar la presencia de invitados.

Una "Big Band Orquesta" de escuela

En algún lugar escribí que, en un ya lejano sueño, asemejé la Escuela a una orquesta. Sus integrantes, músicos todos distintos, con diferentes y propios instrumentos nos reuníamos para interpretar una pieza pero, ante nuestros ojos los atriles contenían partituras en las que faltaban notas, incluso líneas enteras. La orquesta podía sonar si accedía a aventurarse, si podía inventar. Era pues, una orquesta con futuro por delante; siempre abierta a lo novedoso, a lograr acordes azarosos, más allá de la repetición, más o menos virtuosa. Quizá una música ni acompasada ni muy agradable al oído, sino más bien un ruido experiencial [permítanme este neologismo]. Piezas sueltas; todos juntos y revueltos pero no confundidos.

Esa era mi apuesta de entonces, que pretendía, como la orquesta, compartir esfuerzos y probar en intensión y en extensión, el filo cortante del discurso del psicoanálisis. Una comunidad como entidad, contingente y sólo posible, si está encarnada, al menos, por unos cuantos.

Hoy reitero tal apuesta y, con ella, mi compromiso, de ejercer la Dirección, estando advertido de las dificultades, de la inercia a ‘lo grupal’ y a la sedimentación inerte de saberes. Es una apuesta con la que pretendo sostener, impulsar, representar y administrar nuestras dos sedes y el conjunto de la Comunidad en el marco de la Escuela, de la AMP y de la Escuela/ Una.

Allons! Courage et confiance, lo que traducido quiere decir, más o menos: Gracias a todos por vuestra muestra de confianza. Emprendamos hoy, una experiencia que deseo sea grata y enriquecedora para todos nosotros pero, sobre todo, que sea una experiencia de escuela.