Lectura de La fuga del sentido, de Jacques-Alain Miller

La fuga del sentido
Orientarse en un laberinto: el problema de la interpretación

Es al llegar al final, en la última lección, cuando Jacques-Alain Miller propone après-coup para su curso el título “La fuga del sentido”, reconociendo que hubiera podido ponerle muchos otros títulos. De este curso nos fueron llegando en los últimos años, a través de su publicación parcial, algunos capítulos que nos aportaron orientaciones orientaciones fundamentales, como el titulado “El monólogo de la apalabra”, que contiene la oposición, ya célebre entre nosotros, entre un ternario que da una clave de la primera enseñanza de Lacan (La palabra, el lenguaje, la letra) y otro ternario que permite situar las sinuosidades de su última enseñanza (La apalabra, lalengua, lituratierra).

Pero, como el propio Miller plantea en ese final de su curso, su recorrido a lo largo del año ha sido un laberinto. Y es que el pasaje de uno a otro paradigma es en la obra de Lacan muy sinuoso, no va de suyo.

Nos conviene, entonces, recorrer ahora este mismo laberinto para entender mejor de qué se trata. Con tanta más razón, cuanto que lo que está en juego, en última instancia, es una redefinición de la práctica analítica, del lugar del analista y, en particular, de aquello que define su especificidad: la interpretación.

En efecto: ¿qué quiere decir interpretar tras el vuelco que el propio Lacan da a su enseñanza, conmoviendo aquello que habían sido sus fundamentos? ¿Qué quiere decir interpretar cuando el querer decir bascula hacia el querer gozar? No es evidente. Y el recorrido sinuoso de este curso tiene la virtud de poner en acto, problematizando la interpretación, la dificultad de encontrar la salida al laberinto que se genera cuando perdemos referencias que nos parecían evidentes.

Hacia el final del recorrido, tras toda una operación compleja de deconstrucción de lo que “interpretar” quiere decir, Miller nos aporta nuevas claves, a partir de una relectura sorprendente y apasionante de un texto de Freud que tuvo para Lacan un lugar que no siempre se reconoce: “El chiste y su relación con el inconsciente”. Se trata, en efecto, de poder pensar, a partir del equívoco, otro estatuto posible de la interpretación. No una que apueste simplemente por el sinsentido, sino que haga con la sombra de sentido que queda de su fuga inevitable y que desde ahí avance hacia lo real del no hay relación.


Comisión: Margarita Álvarez, Enric Berenguer (responsable), Graciela Esebbag, Jorge Sosa.

CALENDARIO

12 de febrero de 2013
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21h