Convocatòria als tallers del Espai Preparatori cap a les XXII Jornades de l'ELP
Taller 2: La escucha con y sin interpretación
Presentación del taller 2, “La escucha con y sin interpretación”
Silvia Grases
La idea de atelier, también se presta a pensar cómo construirlo, será una labor de todos los participantes, contará con el bricolaje de cada uno.
Este taller lo coordinamos Soledad Bertrán y yo misma.
El nombre del taller es “La escucha con y sin interpretación”.
Tenemos dos ejes de investigación, tomados de los ejes temáticos del texto de presentación de las Jornadas, elaborado por Paloma Larena y Constanza Meyer. Estos son:
- Emergencia de la enunciación: entrada en análisis
- Interpretación, corte, equívoco, solución poética y escritura
La enunciación nos remite a la pregunta sobre quién habla, cuando uno habla. Quién habla en uno. Algo habla en uno y cuando eso se hace oír, lo hace apareciendo de forma intempestiva y sorpresiva. En la emergencia de la enunciación, se tratará de hacerse cargo de eso que habla, que se manifiesta como lo más ajeno en mí, pero que es, al mismo tiempo, lo más íntimo mío.
Se tratará de explorar en el taller las vicisitudes y dificultades que se dan en torno a la emergencia de la enunciación y de la entrada en análisis.
Esta articulación misma aparece también como una pregunta: si una conlleva a la otra, o bien, qué se precisa para que se anuden. Puede ser un momento delicado, que enfrenta al sujeto a la pregunta de qué hacer con eso. Por eso puede ser algo a investigar.
Respecto del segundo eje: “interpretación, corte, equívoco, solución poética y escritura”. La interpretación es, clásicamente, esencial a la práctica del psicoanálisis. Pero precisamente se tratará de interrogar en este taller cómo interpretamos hoy, cómo es la clínica del parlêtre. Cómo interpretamos a partir de la enseñanza de Lacan, una vez que la interpretación ya no es una cuestión de desvelar una verdad, ni un sentido, sino que tiene que vérselas con lo real del goce. El goce de un imposible de decir, que está en la base del síntoma.
Miller dice que “la causa es este enunciado mismo en la medida en que subsiste en el sujeto sin poder ser formulado por él”[1]. Y añade que “un enunciado indecible es asimilable a un enunciado escrito que no sabemos leer como es debido”[2].
Por tanto, se trata para el analista de una operación de lectura, pero… ¿qué? y ¿cómo?
En La escucha con y sin interpretación, Miller afirma que la interpretación puede consistir “en hacer oír, en lo que el sujeto ha dicho, la otra frase”[3]. Si no se trata del sentido, sino de un indecible que subsiste en el sujeto, la interpretación toma nuevas modalidades. Es lo que Miller plantea cuando afirma que “nos interesamos hoy por un fenómeno más complejo que el lapsus. El de la homofonía: una cosa puede entenderse de forma diferente según como se escriba o como se corten los sonidos”[4].
Esto tiene relación con una anécdota que relata Miller[5] en torno a un lapsus, en una cena a la que asistió, en la que un consejero de Estado dijo “mi madre” en lugar de “mi mujer”. El periodista lo señaló, “como un psicoanalista a la antigua usanza” dice Miller, y se dirige a Miller para decirle “¿no es cierto señor psicoanalista?”. A lo que Miller responde que hace ya mucho tiempo que no interpretamos de esa manera. De hecho, en la presentación del XI Enapol, ¿Cómo comienzan los análisis?[6], Miller sostiene que nuestra perspectiva actual es la de una práctica del psicoanálisis que ya no es la del tiempo de Freud, y quizás comience a no ser la del tiempo de Lacan… ¿Cómo entender esta afirmación?
Entonces, localizamos aquí otra pregunta: ¿Cómo interpretamos hoy? ¿Del lapsus a la homofonía? o bien, ¿Cómo operamos con el lapsus hoy? Miller nos da una orientación al respecto: "el síntoma es goce pero también es nudo de significantes. Estas dos proposiciones juntas indican una dirección a seguir”[7].
Tenemos presente que cuando se habla, se goza, y que eso “hace difícil el lugar de la interpretación”[8]. Esta ha de llegar a las tripas, decía Lacan. Nos servimos de la palabra pero apuntamos a una palabra, o un uso de la palabra, que pueda incidir en el goce.
Esthela Solano, en Lo que hablar quiere decir[9], se interesa por esta cuestión y afirma que “una palabra así sería una palabra elevada a una segunda potencia”, tomando un sintagma de Lacan.
Se pregunta:
“¿Cuál puede ser la consistencia de una palabra elevada a “una segunda potencia”? Es quizás una palabra que exige ser cernida, despojada de las generalidades en las que se esconden las coartadas del sujeto, una palabra que no se recibe sin llamar a las precisiones, que destaca la preocupación por la hystorización, que sirve para dar peso a los detalles más ínfimos, que no acepta la suposición de una comprensión transparente relativa a "lo que quiere decir" en quien nos habla, que no da por supuesta la dimensión alusiva”.
Podemos interrogarnos también sobre transferencia y decir. En ¿Cómo se inician los análisis?, Miller recuerda que, ante el viejo debate sobre si hay que esperar a la transferencia para interpretar, Lacan afirma que la interpretación es condición de la transferencia. De hecho, dirá que al comienzo está la transferencia, porque si hay demanda, esta se dirige a un Otro, lo que quiere decir que ya hay transferencia.
La cuestión que Miller se pregunta es dónde está la transferencia cuando el asunto es la lectura, el desciframiento, la relación del sujeto con su dicho[10].
Más allá de la cuestión de la demanda, Lacan introduce, dice Miller, un mecanismo “mucho más potente y radical cuyo manejo exacto no es seguro que tengamos, este segundo mecanismo simbólico es lo que llamó sujeto supuesto saber”[11]. Y con él, pone el acento sobre el modo de decir, lo que puede ser también una cuestión que se puede explorar.
Este decir, que hunde sus raíces en lalengua y no en el lenguaje, nos lleva a interrogarnos por el analista troumatique, que introduce el trou-agujero, para hacer vibrar las resonancias de lalengua en el cuerpo. Entonces, si la interpretación apunta a la dimensión de lalengua, ¿cómo es esta interpretación?
Va contra el sentido, se sirve del equívoco, rompe las palabras en sonidos…
Esto abre muchas preguntas, plantea al analista la cuestión de cómo servirse de la palabra cuando apunta a un “hacer resonar” algo del orden de un decir en el cuerpo. Se trata entonces, también, de cómo pensar aquí la dimensión poética, cuando no se trata del sentido sino en relación a este “hacer resonar”.
Comentar que, en este momento, coinciden al menos 4 eventos en el CF, en el conjunto de la Escuela Una, de jornadas que trabajan sobre temas muy afines al de este taller y de las jornadas de la ELP:
Convegno SLP “L’entrata in analisi e i suoi preliminari” (mayo 2023)
ENAPOL “Empezar a analizarse” (sept-octubre 2023)
Jornada NEL “Cortes e interpretaciones” (noviembre 2023)
Journées ECF “Interpréter, scander, ponctuer, couper” (noviembre 2023)
[1] J.-A. Miller, Cómo se inician los análisis, Donc, clase del 27 de abril de 1994 de su curso Donc, Paidós, BBAA 2011, pp. 287. Disponible también en: https://enapol.com/xi/como-comienzan-los-analisis/
[2] Íbid.
[3] J.-A. Miller, La escucha con y sin interpretación, La Colección de la ELP, Madrid 2022, p.80
[4] Íbid.
[5] Íbid.
[6] J.-A. Miller, Cómo se inician los análisis, op.cit.
[7] J.-A. Miller, “Teoría de lalengua”, Matemas I, p. 76.
[8] Miller, “Del querer decir al querer gozar“, La ponencia del ventrílocuo (1996), en Introducción a la clínica lacaniana, RBA, Barcelona 2006, p. 450
[9] https://fipa.causefreudienne.org/un-desir-de-psychanalyse-issu-de-sa-propre-cure/
[10] “De hecho, Freud la descubre tardíamente y como un imprevisto, entregado como estaba a un ejercicio de lectura, de desciframiento del inconsciente”. J.-A. Miller, Cómo se inician los análisis, p. 290.
[11] J.-A. Miller, Cómo se inician los análisis, p. 294.