Alocuciones institucionales

Estimados Colegas,

Asumo hoy la dirección de la sede de la comunidad de Cataluña a partir de la lógica de permutación de las instancias de la escuela.

Para llegar a este acto he recorrido con muchos de vosotros un largo camino en la apuesta por construir una escuela de psicoanálisis.

Me encontré con el discurso analítico en un momento en que el mismo salvó literalmente la vida de muchos jóvenes bajo el reinado de los dioses oscuros, representados por una dictadura siniestra.

Los efectos de subjetivación de la escuela perduran a lo largo de toda nuestra vida.

En esta comunidad tenemos una variedad de generaciones y de experiencias que la enriquecen y que asegurarán la permanencia y difusión del psicoanálisis en el futuro.

Están los jóvenes y los veteranos, cada uno en su momento vital, pero apostando por la causa analítica.

Como sabemos por experiencia la escuela viva está en permanente construcción, esa tarea no se detiene, la transferencia de trabajo no se paraliza, no se interrumpe, no puede inmovilizarse.

 No hay homeóstasis para la escuela, hay lo real y las respuestas al mismo.

 Es lo que mantiene la apuesta por el deseo de escuela, ese deseo que fluctúa, se detiene, supera obstáculos y vuelve a relanzarse.

 Están los impasses que viven los grupos humanos, los fenómenos que se producen en él, lo que Lacan llamaba la “obscenidad del grupo”.

La escuela cuenta con recursos frente a esos fenómenos, el análisis personal de cada uno, el cartel, el pase y los AE que entre otras tareas deben estar atentos a los síntomas colectivos que se presentan en la comunidad analítica e interpretarlos.

La teoría de Torino enunciada por Jacques-Alain Miller hace ya veinte años, recuerda que la escuela es un sujeto, que puede ser interpretada, esto se aplica sin duda a la escuela en su conjunto y a sus comunidades.

La comunidad de Cataluña está formada por un conjunto de personas que confluyen en un ideal común: la causa analítica, cada uno de nosotros con un rasgo propio, intimo, singular que posibilitó el anudamiento con el discurso analítico.

Esas diferencias deben respetarse no constituimos una masa uniforme.

 Esta comunidad no está sola, está articulada con las otras comunidades que juntas conforman la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis del Campo Freudiano en España, con la AMP y con la escuela Una.

En el momento actual nos encontramos frente a un desafío inédito, el que nos plantea la pandemia que a nivel planetario golpea a la humanidad.

Frente a esta situación que ataca directamente al vínculo social nuestra comunidad y la escuela lacaniana de psicoanálisis del campo freudiano han tenido que inventar y utilizar recursos inéditos para mantener la transferencia de trabajo.

El desarrollo y el final de la reciente asamblea de la ELP fue un toque de alegría y optimismo en medio de la sombría realidad de la pandemia.

Hoy más que nunca debemos estar atentos, despiertos y activos en la defensa de la causa analítica.

Pero dicha actividad debe ser mesurada en medio de la cacofonía generalizada que provocan las reacciones interpretativas a la aparición del virus.

El discurso psicoanalítico debe distinguirse y no ceder ni al psicologismo ni a la extraterritorialidad.

Estamos frente a una situación que nos obliga a la máxima responsabilidad en nuestra política.

En la clínica hemos vivido el confinamiento que ha introducido una serie de cuestiones y debates acerca de la presencia del analista y los usos de los medios tecnológicos que aún no está cerrada.

Estamos en un momento de grandes desafíos en nuestra civilización que nos plantean una serie de cuestiones que deberemos ir tratando una por una.

Para finalizar mi alocución os comunico mi deseo de asumir la responsabilidad de la dirección de nuestra comunidad, contando con vuestro apoyo, confianza y compromiso.

Renuevo de este modo mi compromiso vivo con la causa analítica.

Muchas gracias.

Daniel Cena Reído

Barcelona, 12 de diciembre de 2020