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Alocuciones institucionales

Eugenio Díaz 16/12/2010

Alocución del director entrante, Eugenio Díaz

En primer lugar los agradecimientos y las felicitaciones.

Agradezco a los colegas, os agradezco que hayáis venido hoy a esta asamblea y que con vuestra presencia y vuestro voto hayáis querido contribuir a la decisión de quienes tendrán, durante los dos próximos años, la responsabilidad de dirigir y de plantear cuestiones y escenarios donde discernir y poner en acto la política de la Comunidad de Catalunya de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis. Agradecer también a la junta saliente, a su directora Shula Eldar y a los miembros de la misma, Laura Canedo, Marcelo Curros, Gabriela Galarraga, Juan Ramón Lairisa y Gemma Rivera, estos dos años de trabajo intenso, no falto de dificultades -por poner algunos ejemplos, el impacto del cierre del CPCT-Barcelona ahora hace un año y sus efectos en la vida de la comunidad, la inicial falta de entusiasmo en relación a las Jornadas de Valencia de la ELP sobre “La soledad del analista”, o la cuestión de lo que hemos llamado el silencio sintomático. Una Junta siempre decidida al trabajo del lado de los funcionamientos, muy importante, pero igualmente decidida, o aún más si cabe, del lado de la reflexión sobre la Escuela, nuestra comunidad y la situación del psicoanálisis en general. Sé que seguiremos contando con vosotros. Pido un nuevo aplauso. Por último, quiero felicitar a los colegas, ahora compañeros de Junta, a los que su deseo les ha llevado a querer estar en las instancias de dirección de la Comunidad -y que están dispuestos a compartir su tiempo y sus ideas en la tarea de proseguir en la brecha que nos plantea la pregunta de qué es una Escuela Lacaniana de Psicoanálisis, qué formación para el psicoanalista en la época de la inexistencia del Otro, inexistencia para nada incompatible con la presencia insaciable del Otro de la globalización. Os deseo, nos deseo, el mejor de los trabajos.

DE MIS RAZONES

Hace ahora poco más de un año, la directora de la Junta saliente convocó a “los miembros, socios y a todas aquellas personas interesadas en la vida de la Escuela”, a una primera conversación sobre la situación de la Comunidad.

En aquella reunión tomé la palabra. Lo que dije: “la política es cosa de otros”, tuvo consecuencias en mí. Fue un primer momento de romper el silencio. De romper mí silencio en público sobre la política, aunque sólo fuera para decir que no me creía concernido o al menos que desde hacía bastante tiempo no me había sentido concernido.
A él, le siguió un tiempo para comprender ya en el análisis, que culminó -algo que había aparecido de entrada como una posibilidad más o menos voluntariosa- en la decisión de presentarme a la dirección de la Junta.

Un tiempo de comprender, escandido a su vez en dos tiempos: un corte de sesión, una sesión extremadamente corta, que produjo en mí un despertar, y una interpretación que hacía referencia al marco simbólico de mi silencio de la política.

El silencio familiar sobre la política fue durante años una verdadera política del silencio. Política del silencio que paradójicamente, tomaba la forma imperativa de un “no puede haber silencios, hay que hablar”, que se convertía en un no-pienso y que tratando de negarla evocaba una y otra vez la verdad familiar en juego: la presencia amenazante de la desaparición y la muerte.

Usaré aquí las palabras del poeta:

Hablaba deprisa.
Hablaba sin oír, ni ver, ni hablar.
Hablaba como el que huye,
emboscado de pronto entre falsos follajes de simpatía e irrealidad.

Hablaba entonces, se hablaba, para acallar el silencio sobre la política. Puesto que el silencio era el signo de que pasaba algo, que pasaba la muerte.
Después a esa modalidad del Otro de tapar la boca, he respondido con una rebeldía estéril, por no salir de la queja y del registro de la rivalidad.
Ahora, que algo pase, por ejemplo pasar a sentirme concernido por la política de la Escuela, es un efecto de separación de eso mortífero a punto de avecinarse.
La pregunta de una colega por si pensaba presentarme a la dirección de la Comunidad, permitió que tal decisión fuera pronunciada en voz alta.

DE LA JUNTA, LA ESCUELA Y LA POLÍTICA

Esta Junta nace con una particularidad, una novedad respecto a otras, no han sido cubiertas todas sus vacantes. Tendrá 5 miembros, incluyendo al director, y no 6 como está previsto. A este hecho, no es ajeno mi posición en relación a hacer un equipo de trabajo, que osciló entre hacer lo que conviene hacer, es decir un equipo –lo que se había convertido para mí en un imperativo- y, a partir del encuentro con algunas respuestas, dejar que apareciera el deseo posible de cada uno, no suturando lo que podríamos situar del lado del síntoma: incluso más que el silencio, un vínculo débil con la política de la Escuela. De algunos, no de todos, pero no de pocos.

Vale decir, que la mayoría de los componentes de esta Junta, incluido por supuesto el Secretario de la Sede de Tarragona –cuya permutación se producirá mañana 17 de diciembre- se han presentado sin que mediara un propuesta de mi parte.

Quizás esta contingencia de no quedar cubiertas todas las vacantes, sea la oportunidad de reconvertir este débil -que toma la forma de dejar en manos de otros, incluso de dejar caer la cuestión política, hasta la presencia misma- en lo que Miller en su Seminario El Otro que no existe, llama “hacer la conversación de los débiles”: “conversar, discutir, evaluar, deliberar, charlar…que remite a un inconsciente –y esto es a mi entender lo más importante- que es el de los equívocos de la lengua propia.”

Es en este sentido que escribí en mi propuesta de candidatura: “trataré, dije, ahora digo trataremos, de realizar una política que favorezca y que requiera verdaderamente de la enunciación de sus miembros, renovando la transferencia de trabajo, promoviendo la circulación de saberes”. Y añado ahora, una política de confianza en y entre los colegas, en lo que queremos y tenemos para decir a partir de nuestros equívocos.

Para ello esta Junta cuenta con vuestro deseo y con vuestras enunciaciones. La enunciación de cada uno es lo que hace de la Escuela y al psicoanálisis una experiencia viva.

Escuela de la enunciación que favorece la invención, la tyché, ahí donde se corre el riesgo, corremos el riesgo de que se instale un puro automaton. Con ello, la Escuela, si puede nombrarse así, se convierte como señala Lacan en la Proposición del 9 de octubre, en “una captación de sabios… en pregnancia narcisista… en astucia competitiva… que ensombrece, el psicoanálisis, su práctica, objeto y finalidad”.

En la Escuela de la enunciación, se incluye de manera privilegiada el Pase. Por tanto La Escuela lo es del Pase también, al poner en el centro la experiencia más íntima de cada analizante que ha querido testimoniar de su final de análisis, para hacer del saber extraído en él, con sus “divinos detalles” -hechos, como señaló Eric Laurent en las recientes Jornadas de Madrid, con las ruinas del padre- un nuevo interrogante para otros que anime un deseo de saber.

Por eso el Seminario del Pase seguirá teniendo un lugar privilegiado en nuestras actividades, animado, como ya ha sido anunciado, por Toni Vicens, y de manera notable, aunque no única por supuesto, con los trabajos de los nuevos AEs.

Estas nuevas nominaciones de AE en la ELP, muestran el renovado interés por la experiencia, que hasta hace poco parecíamos ver de lejos, o que algunos, yo por ejemplo, veíamos de lejos.

Además, estas nominaciones de AE, uno de los cuales es miembro de nuestra comunidad, Guy Briole -realizado su pase en el Cartel de la ECF- y dos de la Comunidad de Madrid –Araceli Fuentes y Pilar González- harán de la transversalidad un valor añadido. No olvidamos tampoco a los nuevos AEs de las otras Escuelas de la AMP.

La conversación sobre los puntos candentes de la clínica tendrá también su lugar.

La Junta se propone contando con vosotros, encontrar una modalidad que facilite una verdadera discusión de trabajo clínico entre colegas.

Por último esta Junta, tratará de encontrar también, la buena manera de estar presente en la ciudad y debatir sobre las cuestiones de actualidad entre nosotros y con otros -la Biblioteca puede ser un buen instrumento para ello. Si estamos advertidos, como señalé, que la ciudad del malestar en la cultura, la ciudad freudiana, trata de ser tomada por el Otro de la gestión y la desubjetivación, y que estar al lado de este Otro, incluso para socavarlo, no es sin riesgos.

La lógica de la fórmula que Eric Laurent propuso en la reciente Asamblea de la ELP en Madrid, de conversaciones abiertas sobre puntos concretos, nos orientará en estas tareas.

DE LOS EVENTOS

Algunos eventos escandirán los espacios y las actividades de la Comunidad.

En 2011, el Pipol V. 1er. Congreso Europeo de Psicoanálisis, de la recientemente creada Euro Federación Europea de Psicoanálisis -trasformación de la Federación Europea de las Escuelas de Psicoanálisis- con “la ambición, señala Gil Caroz su presidente, de sostener el anudamiento paradojal entre un compromiso político colectivo de gran envergadura y el principio de una “desmasificación de la enunciación”.” Por tanto no dejar en manos del Otro lo que concierne a la subjetividad, sin renunciar a nuestra especificidad, nuestra manera de entender al parlêtre.

Este Primer Congreso pondrá en cuestión la Salud Mental. Eso nos permitirá mantener algunos debates. Entre ellos, la cuestión del psicoanalista que es en las instituciones trabajador de la Salud Mental y por derivación las cuestiones que conciernen al psicoanálisis en intensión y extensión. Por tanto un debate con otros, pero también entre nosotros, si tomamos de la buena manera, la palabra tensión que se incluye en los dos términos.

El espacio Hacia El Pipol V ya está en funcionamiento y ha mantenido sus primeras reuniones de trabajo.

En 2012 tendrá lugar en Buenos Aires, el VIII Congreso de la AMP, sobre “El orden simbólico en el siglo XXI”. Cuyo subtítulo – “No es mas lo que era. ¿Qué consecuencias para la dirección de la cura?”, nos invita a la reflexión sobre la práctica clínica de los psicoanalistas hoy.

La apuesta, del Congreso de París, por decir los nuevos semblantes del psicoanálisis en el siglo XXI como producto del inconsciente, nos lleva ahora a interrogarnos por las novedades que la época introduce en el orden simbólico y cómo incide en las curas.

Un orden simbólico que ya no es lo que era, o que quizás nunca es lo que fue. En todo caso, acotado por las particularidades de una época - no olvidemos que todo ejercicio del poder quiere instalar su propio orden simbólico- una época que entre otras cosas pone los gadgets en el centro mismo del lazo social, con el riesgo del que alerta Lacan en La Tercera de que no permitan los síntomas. O donde el capitalismo, su consecuencia el poder liberal, y el higienismo, instauran o pretender instaurar, un nuevo orden simbólico donde la subjetividad, las narrativas, la ética pierden su lugar. Las dos Jornadas de la ELP que corresponden al tiempo de este mandato tendrán también sus espacios de trabajo.

PARA FINALIZAR

Contamos entonces con cada uno de vosotros. Contamos con cada uno de nosotros que quiera, que queramos, hacer de la Escuela un lugar vivo. Un lugar de pase, de pase de lo que sabemos y de lo que nos interroga. Un lugar de encuentros, donde aprender unos de otros.

Será así, o no será, no seremos, una Escuela de Psicoanálisis Lacaniano.

Gracias.